Una experiencia religiosa.

I.

Xavier Vergara nunca resultó heroico para las destrezas amatorias.
 
Había debutado a los treinta dentro del lecho de Angela Ramera. Su padre lo despidió  en el portón de “Amar no es Pecado”, tras suministrarle 150 p. para los mandados.
 
- Hoy es un día muy importante, pero estas son cosas de machos. No le cuentes a tu madre.
 
-  Es la pieza del fondo, a la derecha – le indicó el funcionario acomodador.
 
Xavier atravesó un largo y oscuro pasadizo, y tocó en la puerta trece.
 
- Pasá bombón, ponete cómodo -  indicó la meretriz, tras abrir y sucuchar el efectivo, señalando  la cama giratoria.
 
Xavier palideció. Padecía vértigo desde su primer añito, y  tenía miedo de desplomarse frito. (“Papá, ¿por qué me dejaste en este tugurio?”)
 
La habitación tenía espejos por todos lados. La zorra se ubicó en una pequeña pista de baile, con luces psicodélicas y barras.  Estaba ataviada con un  cola-less rojo  y portaligas al tono. Bailaba, jugueteando con una estola de piel, y frotándose los muslos.
 
Xavier se disponía a gozar del show, cuando constató  con pavor que había eyaculado.
 
-   Bombón, ¡sos hombre más veloz del mundo! – lo despidió la cortesana.
 
-  ¿Y mi dinero?
 
- ¡Lo que se paga no se devuelve!-  refutó la fulana.
 
La sesión había finalizado.
II.
 
- ¡Crash!- Xavier  reventó el teléfono contra la pared de su cuarto.
 
- ¿Señor Vergara? – Le habla Caty, de Polvos Express.  Lamento informarle que la Srta. Angela Ramera tropezó con un vibrador, y se fracturó la  pierna.
 
- ¿El Señor desea contratar otra chica? 

- ¿Sin cargo?
 
- La promoción “Rapidito sin humo”, no tiene garantía.  Pero por una módica diferencia, puede pasarse a “Por adelante y atrás”, y le enviamos a Gilda Memás.

- ¡No estoy dispuesto a pagar un puto peso más!- rugió furioso.
 
Xavier tenía menos arrastre que una ballena muerta.
 
Si alguna gorda desesperada le daba bola, todo terminaba tras pagar Xavier la adición del Tenedor Feliz, luego que su cita hubo pedido entrada, plato principal y postre.
 
En el mejor de los casos, si había eclipse de Luna, y pasaba a la próxima etapa, Xavier era abandonado, tras depositar una generosa suma en la mesita de luz:
 
- Papi, sos tan divino. Mañana me vence la tarjeta, y estoy en la lona. ¿Me podés tirar un cable? Te prometo que en cuanto pueda te lo devuelvo…
 
Xavier siempre quedaba sin un peso, y ni rastros de la susodicha.
 
La cosa ya era grave. 
 
O levantaba algo en el chat, o se iba a dormir con María Muñeca.
 
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, y Xavier se conectó.
 
¡ Xavier, tienes dos mensajes nuevos !
 
De :Travieso Feliz. Asunto: Nunca es tarde.
 
De : Gatita Apetitosa. Asunto: ¡ Miau !
 
Iba a borrar el primero de ellos,pero lo pensó mejor, y podría ser un buen Plan de Emergencia. Por lo pronto, lo intentaría con Gatita Apetitosa.

Gatita Apetitosa te ha incluído en su lista de contactos”, anunció el mensaje de una ventana emergente desde las profundidades de su escritorio.
 
Xavier hizo click  en Agregar.
 
¡Cómo está ganando el pibe!”, petulante,  se conectó alborozado, regocijándose con la idea de un encuentro muy pasional.
 
-¿Estás? – dice GatiApe.
 
-¡Para vos, todo, mamita! -  dice XVergara.
 
-¿Todo, ricura?- dice GatiApe.
 
¡Salió fiesta! “  Xavier no cabía en sí de gozo, y temblaba cuando tecleaba.

- Pará, bombón, hay condiciones - dice GatiApe.
 
La mierda, tranquilo campeón.”
 
- ¿Cuánto medís?- dice GatiApe.
 
- Uno setenta, peso ochenta, complexión delgada, ojos marrones – dice XVergara.
 
- ¡Eso no me importa!- dice GatiApe.
 
-¿No? – dice XVergara. (Anonadado)

-¿Y qué tengo que medir?  - dice GatiApe.
 
- Tu pajarito, ¿entendés, tesoro? – dice GatiApe.
 
- ¡Ah….! – dice XVergara.
 
- ¡ Pará que traigo el centímetro de mamá !-  dice XVergara.
 
- Siete centímetros con tres milímetros – dice XVergara.
 
-¡Hm bombón! Pero eso no es todo.- dice GatiApe.
 
- ¡Papá no le hace asco a nada! – dice XVergara. (Vanagloriándose, ufano, constatando que su miembro había comenzado a endurecerse).
 
- ¿Qué desea mi gatita?- dice XVergara. (Aguardando impaciente la propuesta).
 
- Quiero que vengas vestido con corbata – dice GatiApe.
 
- Te veo en una hora y no te olvides de llevar una banana – dice GatiApe.
 
- ¿Una banana? – dice XVergara (Azorado).
 
- Lo que entendiste, ¡Una banana, no me hagas repetir las cosas porque pierdo la paciencia!  - dice GatiApe.
 
¡Qué la parió, cómo me cachondean las malas!”, Xavier se imaginaba esposado a la cama, vestido de cuero rojo, y su conquista de botas negras, con látigo en mano, clavándole los tacos aguja en sus partes más sensibles.
 
¡Dame palo, mami, que soy tu esclavo!” Xavier no podía con sus libidinosos propósitos, pero aguantó el pichí.
 
- Pará, pará. ¿Cómo sé que sos vos y dónde nos encontramos? – dice XVergara (Poniendo los pies en la tierra, con un toque de real sensatez).
 
- Mando foto- dice GatiApe. “Enviando archivo, aguarde un instante” ratificó un mensaje del sistema operativo.

Xavier abrió el archivo .JPG, y quedó apabullado. ”¡Fá!” La rubia con cara de vicio le sonreía lasciva desde el monitor. Tenía el dedo índice en su labio superior, mientras su lengua relamía el pulgar.
 
¡Anna Nicole Smith, Alejandra Pradón,  y Silvia Suller juntas! Xavier se esforzó y aguantó el pipí.
 
¡En una hora todo eso sería suyo!
 
- Te espero en La Covacha, voy con ropa negra - dice GatiApe.
 
-¡Papá sale para ahí, aprontate, mamita!- dice XVergara.
 
-¡No te olvides de la banana y los forros los pagás vos!- Dice Gatiape.
 
¿Para qué mierda será la banana?” Se debatía Xavier.
 
-¡Quedate tranquila, mamita, que llevo la bananita! –dice XVergara (“¡Me salió en verso y todo, cómo estoy je je!) y acto seguido se desconectó.
 
Xavier procedió a emperifollarse para la ocasión.
 
Lle-var-cor-ba-ta-fo-rros-y-ba-na-na”, se repetía a modo de recordatorio no sea cosa que Gatita Apetitosa le negase sus encantos.
 
 Media hora y Xavier estaba listo. Penetró en las instalaciones de farmacias “Machado”, y se detuvo frente al mostrador, abochornado.
 
-¿Señor, en qué lo puedo ayudar? – Interrogó el simpático dependiente.
 
-Un ndn.

-¿Un qué?
 
-Un ondn.
 
- El Señor me va perdonar, pero no lo entiendo – indicó el funcionario farmacéutico.
 
- ¡Un condón! – vociferó Xavier, irritado.
 
- ¿De qué talle?
 
- Uy..¿Qué talles hay?
 
- XS,S,M,L, y XL.
 
- No sé – proseguía dubitativo, Xavier.
 
- ¿Y de qué tamaño la tiene el señor?

- ¡Sí! ¡Siete centímetros con tres milímetros! 

- Muy bien señor, acá tiene- el dependiente le entregó un sobrecito color negro.
 
Y yo que creía que eran todos iguales, lo qué es la ciencia, qué la parió”…
 
Xavier arribó a La Covacha, a la hora establecida. De una mesa lo corearon con aplausos:
 
-¡Ver-ga-ra! ¡Ver-ga-ra! ¡Ver-ga-ra!
 
Reconoció al instante, la blonda cabellera de Gatita Apetitosa, así como su minifalda negra. Se acercó, presuroso. ¡La fiesta comenzaba!
 
No lo dejaron ni hablar. La horda estaba enardecida, lo llevaron en andas a la pista de baile, y el stripper le cedió su lugar.
 
-¡Ver-ga-ra! ¡Ver-ga-ra! ¡Ver-ga-ra!- clamaba la multitud.
 
Lo desnudaron, vendándole los ojos con la corbata.
 
Gatita Apetitosa se le acercó, y lo tumbó en el piso. Le quitó la corbata, y le susurró al oído:  
 
-Bó, ¿Y la banana? - mientras la parte delantera de su minifalda crecía vertiginosamente.
 
Dos horas después, Xavier había llegado a casa. No podría sentarse al menos por una semana. No importa, chatearía desde su cama.

Anna Donner Rybak © 2007

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