Homenaje a Luca Prodan.


“La rubia tarada, bronceada, aburrida,
me dice "Por qué te pelaste?"
Y yo "Por el asco que dá tu sociedad.
Por el pelo de hoy ¿cuánto gastaste?" – Sumo.

Dedicado especialmente a mi querido amigo Pablo Keyiaian.

I.

Ha llegado el verano, la verdad que tu año ha sido duro, has salvado todos tus exámenes, has cumplido en el trabajo, y te debes unas más que merecidas vacaciones.

Partes pues, con tu mochila al hombro y con tu barrra, a Punta del Este, porque te han dicho que allí están las chicas más bonitas de la región.

Tú eres un chico inteligente y bien parecido, sencillo, y simpático, por lo cual no debería ser complicado para ti encontrar esa compañera de tardes de playa.

Sea pues, que vas caminando por Gorlero, con tus amigos, cuando de repente se te acerca un ángel vestido de mujer. Quedas obnubilado, sus medidas son perfectas, cabello largo y rubio hasta la cintura, ojos celestes, minifalda de jean, que revelan unas torneadas y trabajadas piernas.

“¡Oh, Diosa Coronada!”- te dices, cuando para tu sorpresa, la rubia te pide un cigarrillo. Tú le ofreces uno, y se lo enciendes.

-“¡Gracias bombón!”- te dice, guiñándote un ojo.

Pero eso no es todo. A continuación te comenta, como al descuido, que esa noche irá con sus amigas a “La Rubia Morocha”, boliche re-fashion, donde concurre toda la farándula argentina.

Tu sorpresa, es mayúscula. Pero aún hay más:

-“Tomá esta entrada, porque es para “vips”, yo te invito. Buscame cuando llegues. Me llamo Xenia”.

-“Un placer, Xenia”.

¡No sales de tu asombro! ¡Toda esa belleza para ti solito, y no te costó ningún esfuerzo!

II.

Te presentas a la hora señalada en la entrada de “La Rubia Morocha”. Un mastodonte de dos metros te detiene en la puerta:

-“Esta es una fiesta privada”.- Entonces, sacas tu cartón. El mastodonte enrojece:

-“¡Disculpe Señor! ¡Pase Ud.! ¡Bienvenido!”

Entras pues. El sonido es estridente, el aire está totalmente viciado, no cabe un solo alfiler. Te hallas en la complicada búsqueda de Xenia, cuando, antes de lo esperado una voz susurra a tus espaldas:

-“¡Viniste!” – Te dice mirándote con ojos bobos.

¡Es tu noche de suerte! ¡Ese camionazo ha reparado en ti! ¡Te resulta increíble!

- “¡Vení, bombón, vamos a bailar! Te presento a Gusy, el relacionista público de la casa.”.

-“¡Encantado, Gusy!, respondes cortésmente.

-“¡Ay, zí, encantado, picarona, mirá lo que me trajiste!”- haciéndote ojitos, con varios anillos con rubíes en ambas manos.

Quedas petrificado.

-“¡Gusy, portate bien, que él es para mí!” – le dice Xenia.

(¡Menos mal! Ya creías que tu noche terminaría en tragedia).

Xenia y tú comienzan a bailar. Bailas diez, veinte, treinta, estás agotado, mi amigo, pero Xenia parece estar como nueva. Cada veinte segundos tiene un tic que la hace sacudir su larga melena hacia la derecha.

“No importa”- te dices, ella lo vale todo.

Después del cincuentavo tema, invitas a Xenia a tomar un trago. Ella, asiente. (“¡Menos mal!”)

Ambos se dirigen hacia la barra, y ella pide un “Ananá-fiz” y tú un “Destornillador”.

- “¿Qué hacés? “ – le dices con el propósito de entablar algún tipo de diálogo con la Diosa Coronada.

-“¡Tomo el ananá fiz!”- responde Xenia.

-“No, Xenia, yo te pregunto a qué hacés, ¿estudiás? ¿trabajás?”

Xenia pone una cara de espanto y de pavor.

-“¿Trabajar, yo?”- exclama. – “¿Me ves cara de sirvienta?”.

-“Entonces, estudiás.”

-“No, papá es un tierno, cuando repetí primero, segundo y tercero de liceo, se dio cuenta que el estudio no era para mí. Y para que no me ponga triste, me regaló un Audi convertible”.

-“¿Y qué hacés?”

-“¿Cómo que hago? Estoy conversando contigo.”

-“No, Xenia, me refiero a qué actividades hacés en el día”. (“¿Es o se hace?”, te preguntas, incrédulo)

-“Ay, ¡estoy a mil! A la mañana le pido a Nélida que me suba el desayuno a la cama, y me tengo que apurar pila para llegar a la clase de aerobic de las 11.

-“Ahá.”- respondes.

-“Después vuelvo muerta, ¡imaginate!, dos horas de fierros, pero vos sabés que el cuerpo es lo más importante. ¡Si fuera gorda me suicido!”.

-“Ahá.”- respondes nuevamente.

-“¿Pero creés que eso es todo? Obvio, duermo la siesta, y le pido a Nélida que me despierte a las cuatro de la tarde, porque sino, ya no me da el tiempo para ir a la pelu de Chiche.-

-“¿Chiche?”- preguntas incrédulo.

-“¡No conocés a Chiche! Acá en Punta peina a Julieta Prandi, Nicole Neuman, Liz Solari. ¡No sabés nada! – repone enojada.

-“Te decía, voy a lo de Chiche, y entre que me hago las manos, y el brushing, ya se hizo de noche!”.

-“Ahá.”- respondes.

Xenia le pide al barman sucesivamente, tres cocktails más, en el transcurso de la conversación.

Luego de una trascendental oratoria por parte de Xenia, decides invitarla a un lugar más íntimo. Al menos tendrás una noche de sexo pleno, te consuelas.

Xenia se para, y tú te dispones a seguirla, cuando el barman te dice:

-“Su cuenta, Señor”.- Tus ojos no dan crédito a las cifra. El detalle de la boleta dice 100 dólares. Quedas atónito. El barman, con un gesto compasivo, te dice:

-“Señor, puede pagar en pesos”. Xenia te mira con cara de fastidio, porque estás demorando demasiado. Te resignas. Sacas el dinero que tenías pensado para unos cuántos días, y lo depositas, billete sobre billete.

-“¡Gracias Señor! ¡Que la pasen bien!”.

III.

Xenia te invita a subir en su Audi. Arranca el motor, se dirigen a la costanera, y pone el velocímetro en 150 km/Hora. Estás mudo de espanto, piensas que será tu última noche de vida, le rezas a Dios y a todos los Angeles y Demonios, pero, afortunadamente, frena de golpe frente a una casa, después de haber cruzado el puente ondulante de la Barra de Maldonado.

-“¡Papá y mamá salieron!”- dice Xenia.

(“¡Menos mal, por lo menos un buen p.”) , te consuelas.

Xenia te invita a subir a su habitación, y te indica que tomes asiento en sillón de ratán y te dice:

-“¡Ya vengo!”.

Por momentos te olvidas de la oratoria de la descerebrada Xenia, para comenzar a imaginar todo lo que le harás, cuando ella salga del baño.

Sientes el ruido de la ducha.

Aguardas.

Pasa una hora.

Sientes que la ducha se cierra.

Pasa otra hora.

Pero por una noche de buen sexo, la espera lo vale; te consuelas.

De repente, se abre la puerta del baño.

Xenia tiene puesto un piyama de franela de pantalón y camiseta, con el dibujo de Bob Esponja.

-“¡Perdoná la demora! ¡Es que me tuve que poner tres veces shampú y tres veces crema de enjuague porque Chiche me puso mucho spry.”- explica seriamente.

Entonces, abre su cama, con las sábanas de Bob Esponja.

-“¿Sabés que Bob Esponja es mi ídolo? ¿No es divino?” – exclama.

Tú te acercas, e intentas comenzar a levantar la sábana.

-“¡Pará! ¡Que hacés!”- responde horrorizada Xenia.

-“¿No me invitaste a tu cuarto?”- respondes, con un dejo de vehemencia.

-¡Sí, te invité!- A continuación Xenia estalla en sollozos.

-Calmate- le dices. ¿Qué pasa?

-¡No entendiste nada! ¡Yo te invité para que me cantaras el arrorró mientras me duermo! ¡Pero sos un maldito degenerado!.

Anna Donner © 2009

El genio de la lámpara maravillosa.


Mi querida amiga:

I.

Ha pasado una semana, y allí te encuentras tú. Te preguntas cómo lo que debería resultar bastante sencillo (conseguir el compañero de aventuras estivales), siendo tú una chica mona e inteligente, se te está complicando tanto. Ya estás resignada (a medias) a pasar el estío a solas contigo hasta que llegue la época de las vacas gordas, cuando el Destino te sorprende una vez más.

Esta vez, no llevas puesto tu vestido verde manzana, puesto que no es sábado, sino un día semanal cualesquiera. Llevas tu cabello sin brushing, con tus bonitos rulos y un look casual y despojado, jeans, y chatitas. Claro está, vas cargada con cuatro paquetes en cada mano, estás saliendo de hacer las compras. Tú caminas presurosa, deseando llegar a tu destino lo más rápido posible, porque se te están acalambrando los dedos, cuando de atrás alguien corea:

-“Quien fuera baldosa, para ver tu…..”.

Prosigues la marcha acelerando el paso, creyendo que así lo dejarás atrás, y él se resignará a regalar sus magistrales piropos a otra desventurada mujer.

Pero pasan una décima de nanosegundos y otra vez Esa Voz:

-“Quien fuera baldosa, para ver tu…..”.

(“¡Ay! ¡Qué hice yo para merecer esto!”- te preguntas). Pero, no vas a soportar las restantes siete cuadras con semejante recitador tras tu espalda, así que decides girar tu cabeza, esperando divisar un panorama desolador.

Pero, oh, sorpresa. ¡Que no está tan mal el fulano! Aunque su chomba es un poco bambollera, de colores verde, amarillo y azul, rayada en sentido horizontal, pero te dices que a esta altura la elegancia y el buen vestir no van a ser los factores determinantes, a la hora de la evaluación.

-“¿Me permitís llevar tus bolsas?”- te dice, sorprendiéndote gratamente el individuo en cuestión, puesto que… ¡es un caballero! Tan sólo tal hecho, te subyuga por completo. No amiga, no esperabas encontrar un caballero andante a plena luz del día.

Tú, asientes. Caminan en silencio, y cuando llegan a la puerta de tu edificio, tú le manifiestas tu agradecimiento.

-“No podría haber hecho menos”- responde el caballero. A continuación, como si tuviera la armadura puesta para salir al campo de batalla se lanza de modo intempestivo:

-“Mirá flaca, me gustás. ¿Puedo invitarte para el sábado?”- tú quedas atónita, pero… como ya veníamos viendo, perdido por perdido, asientes.

-“Fá, flaca, no me presenté. ¡Soy Andrés, el que viene todos los días del mes!”.

(“¡No! ¡Otro genio devenido en imbécil! ¡Qué hice yo para merecer esto!”) te dices.

Ante tu cara de pavor, el caballero se jacta:

- “¡Yo soy muy popular por mis chistes, ya vas a ver! Mirá, las reuniones sin mis chisten no existen, lo digo de verdad, flaca, no digas nada, ¿tengo “feeling”? ¿Te quedaste sin habla? ¿ Viste qué genial ….”- dice utilizando el tono más abombado de la faz del planeta- “¡A todos les digo que soy Andrés el que viene todos los días del mes y me aplauden! ¡Ah… tu cara me dice que te encantó la frase!”



II.

Ha llegado el sábado, y (como ya dijimos anteriormente), perdido por perdido, vas a salir con Andrés. Igual, luego de la tragedia vivida la semana anterior junto al Pequeño Burgués Ilustrado, te dices que ya no podrá sucederte nada peor. Así que te entusiasmas un poco, y te mentalizas que la pasarás bien.

Ya por cábala, te vuelves a poner el vestido verde manzana, y el portaligas, repitiéndote a cada instante: “¡La tercera es la vencida!”

Estás retocando tu maquillaje cuando crees oír el sonido de una trompeta. No le das importancia al hecho, pero a los dos minutos, oyes nuevamente.

¿Será que a tu vecino se le ha dado por estudiar trompeta? Bueno, mientras ensaye temprano, todo ok.

Así, prosigues lo que estabas haciendo, cuando los acordes de la trompeta, suenan, estridentes, y parece que vienen de la calle. El ruido es atronador. No puedes con tu curiosidad, y te asomas a la ventana.

Por momentos, crees que estás presa de una alucinación.

¡No! ¡No puede ser cierto! Pero, (por desgracia), lo es.

(“¡Qué hice yo para merecer esto!”), te reiteras, por enésima vez.

Pues ahí abajo, en la vereda, en primer plano, vestido con una camisa de seda anaranjada fluorescente, y una corbata satinada azul Francia, un pantalón Oxford, y un chaleco negro, pues sí, tu galán, Andrés, que te está dando una serenata con un grupo de Mariachis. Lo peor, es que grita tu nombre, por lo que todos tus vecinos, sin faltar uno, aguardan expectantes en sus terrazas.

Pues, ahí está él, y no tienes más remedio que bajar.

III.

“¡Soy Andrés, el que viene todos los días del mes!”- corean los Mariachis.

Te acercas y Andrés da la señal a sus muchachos que interrumpan la serenata.

“-¡Que talco, flaca! ¡Já, te pesqué! ¡No te esperabas esta sorpresa!-“

(“La verdad que no, imbécil”)

-“¿No te dijo papito que era el centro de todas las fiestas?”.

Todo tu mundo empieza a dar vueltas, y de repente no recuerdas más nada. Te has desmayado.

Cuando abres los ojos, ahí está él, Andrés. Te contempla con una sonrisa de felicidad, y te susurra:

-“¡Flaca, te impresioné tanto que te desmayaste! ¡Cómo te llegué, qué la parió!”

Y tú, que no tienes fuerzas ni para decir ¡No!...

Te incorporas. Por suerte, los Mariachis ya se han ido. Tus vecinos siguen curiosos, contemplando el espectáculo. Entonces Andrés, te dice:

“-¿Nos vamos?”.

(“Y bueno, perdido por perdido”) te resignas una vez más.

Pero, evidentemente, la noche está llena de sorpresas. Andrés te pide que camines media cuadra, aduciendo que no había encontrado lugar para estacionar su coche en la cuadra de tu edificio.

(“Por lo menos tiene auto”)- te dices pensando en el bochornoso espectáculo de subir con él a un taxi u ómnibus con esa vestimenta.

Pero tu alegría iba a durar poco. Cuando dan vuelta la esquina, se destaca una mancha rosa fluorescente con las ruedas amarillas. Le rezas a Dios y todas las virgencitas que no se trate de ese automóvil, pero tus ruegos son vanos.

-“¡Te presento a “Spider”! ¡Te quedaste muda flaca! ¿Viste qué reliquia tiene el pibe? ¡A todas les encanta! “- dice Andrés, abriéndote la puerta, cierto, te había impresionado porque se trataba de un caballero, recuerdas repentinamente.

Andrés enciende el motor de su adorado coche, y arranca. Por supuesto, todos tus vecinos se enteran porque tiene el escape abierto, y además, hizo sonar los neumáticos.

Ya ni te da la cabeza para intentar adivinar hacia donde se dirigirá, pero ya estás preparada para todo.

(¡Hm! ¡Eso creías!)

Que no sea lo que estás pensando, le ruegas al Señor.

¡Demasiado tarde!

“Spider” toma la calle Goes y haciendo un ruido infernal, nomás, es lo que estás pensando. ¡Y tú que querías pasar desapercibida!

-“¡Viste flaca que papá es una caja de sorpresas!”- te dice Andrés. A continuación, detiene su “nave” ante el cuidador, quien inquiere:

-“¿Normal o Especial?” (“¿A qué se referirá?”), te dices, aunque tu capacidad de asombro está colmada, bah, eso crees.

-“¡Papá, mirá esta pintita!“ – le dice Andrés, y tú que no sabes ya dónde esconderte.

-“Puedo ofrecerle la Suite Oriental”- dice el cuidador.

-“¡Sea la Suite Oriental!”- acto seguido, el cuidador lo guía.

Y tú, que ya no tienes fuerzas ni para decir una sílaba. Así que procedes a bajarte de “Spider”.

La habitación, está decorada como el palacio de un califa, el piso, de cerámica en damero, y el detalle lo conforman dos pequeñas portátiles con forma de “La lámpara de Aladino”.

El cubre camas es de seda violeta.

-“Flaca, ¿querés tomar algo?”- (Claro, se trata de un caballero).

Tú ya sabes: perdido por perdido…

-“Sí, un destornillador”.

Con todo, cuando llegan las bebidas, tu cuerpo afloja, y de repente, piensas que quizá la noche no termine tan mal. Quizá todo el sufrimiento previo no haya sido en vano.

Ni bien terminas de tener estos pensamientos, se abre la puerta del baño, y allí está él, sí. No es una visión. ¡Es Andrés, con una minúscula tanga de seda verde!

Decides olvidar su vestimenta, al menos por un rato.

-“¿Y flaca? ¿Te gusta papito?”

Sin esperar respuesta, Andrés se te tira encima de modo bestial, y comienza a gemir… a gemir…. A gemir… Luego grita, grita más fuerte, cada vez más fuerte, por momentos crees que todo el telo los está escuchando. Hasta que pronuncia la frase reveladora:

“¡Soy el rey del sexo, me voy, me voy, me fui!”- a continuación unos jadeos interminables, que se escuchan desde la rambla.

A la cuenta de tres, todo había terminado. No te dio el tiempo para decir ni una sílaba.

-“Dale flaca, ¡vestite rápido que esto es por hora y faltan tres minutos!

(“¡Ay! ¡Qué hice yo para merecer esto!”- te preguntas)

-“¡Qué la parió, soy el macho de América! ¿Viste flaca lo que papá te regaló? ¿Te gustó la sorpresa?”-

-“¡Dale flaca!”- grita Andrés, un cierto dejo de violencia.

(“¡Ay! ¡Qué hice yo para merecer esto!”- te preguntas nuevamente)

-“¿Sabés qué, flaca de mierda? ¡Yo me pelo! ¡Tomate tu tiempo para vestirte, pero garpas vos!”

Y anonadada, ves que el tipo se sube a “Spider” y arranca a toda velocidad.

(“¡Ay! ¡Qué hice yo para merecer esto!”)- te preguntas nuevamente, ya pensando en el suicidio, ante que salir del telo a pie y sola.

Ha pasado la tercera vez, y no ha sido la vencida.

Anna Donner © 2009

Pequeño Burgués Ilustrado.


Mi estimada amiga:

Ya has leído el tópic previo, “Misión Imposible”. Pero no es el único in suceso que podría ocurrirte durante la aventura de buscar al compañero estival ideal.

Sí, mi querida, existen otras “patologías” y con la finalidad de evitarte futuras decepciones, te presentaremos otro caso anómalo, que podríamos denominarlo “inversamente proporcional”, al del artículo anterior.

Tú estás acodada con tus amigas, y de repente, aparece un individuo, quien te pregunta: “¿Cómo te llamas?”. Tú, lo observas. Es evidente que esa frase la ha practicado infinidad de veces a solas con el espejo, lo detectas por el rubor de sus mejillas, o quizá por un ceceo, o por un leve temblor. Pero digamos que te apiadas de él, y te dices:

-“¡Pobre, se merece una oportunidad!”-. Así que pacientemente, le revelas tu identidad.

No mi querida. No se trata del bombón del tópic anterior, sino de un ratón de biblioteca. Lo detectas pues lleva gafas pasadas de moda, carece de estilo y elegancia. Tampoco parece estar demasiado embebido en lo que se refiere a estrategias de seducción. Pero, te dices, la noche es larga, y quizá, existan otras “revelaciones”.

Así, se dirigen a la pista de baile, tú, contoneando tus caderas. Pero, el individuo en cuestión apenas parece registrar tus señales. Por lo contrario te invita a charlar, pero de acción, ¡Ni hablar!

Tú te consuelas pensando que quizá sea un poco tímido, y decides darle aún su oportunidad.

“Atacas” tú. Pero descubres con pavor, que el tipo cada vez está más incómodo. Ya, por simple curiosidad, le dices:

-“¿Estás bien?”- Y te resignas: Esa noche lo único que harán será conversar.

Así, el tipo te habla de los problemas del mundo, de política, y tú… no has salido precisamente para ese fin. Pero, la criatura parece no darse cuenta que te estás aburriendo como una ostra, y prosigue con su charla, que ya está pasando a ser un monólogo. Por momentos te parece que estás en una asamblea, y él es el orador. Indudablemente, se trata de un P.B.I. (¡Pequeño Burgués Ilustrado!).

¡Y tú que querías acción! ¡Qué mala suerte!

Pero no quieres dar la noche por perdida, entonces decides dar un giro copernicano a la oratoria de tu novel acompañante, porque de aquello, ¡Ni hablamos!

¡Para qué! Toda tu vida te arrepentirás de haberlo hecho.

De lo primero que te percatas, es que este ejemplar de sexo masculino, evita hablar de temas carnales. Vaya que resulta un caso de estudio… Pero te apiadas de su alma, y tratas de conversar algo más con él.

Entonces, él te revela que perdió su virginidad a los veinte, te dices: ¡NO!

¡No es posible! Todas las ilusiones se te escapan por la borda.

¡Un inexperto!

Nada más aburrido y poco erótico que un individuo de tales características.

Porque a nosotras, ¡nos gusta que nos seduzcan!

Y no estamos para ilustrar a hombres hechos y derechos en materia sexual.

De todos modos, perdido por perdido, decides tomar la iniciativa. Comienzas con un beso, pero el tipo abre poco la boca. “¡Ni besar sabe!” Te horrorizas. Pero, como bien dijimos, tu noche ya está perdida, y perdido por perdido…

Tratas de tranquilizarlo y lo invitas a tu casa, para que el pobre tipo se afloje.

Lo invitas amorosamente a tu dormitorio, y comienzas a quitarte tu vestido verde manzana. Pero, ¡Nada!

Te preguntas si no te has equivocado y es una Hermana que se escapó de un Convento. Porque cuando intentas quitarle el bóxer, se cohíbe.

“¡No!”- te dices. “¡Qué mojigato!”

Pero si creías que estas eran todas las sorpresas… ¡Error! La cosa recién comenzaba. Te resultaba increíble, pero el P.B.I. no sabía las posiciones elementales y tenía dificultades para mover su anatomía. Era como que estabas tocando un elefantito de cristal.

“¡No!”- te dices. “¡Qué hice yo para merecer esto!”

Pero una vez más acudes a tu paciencia.

Evidentemente, este señor nada sabe de estas lides.

¡No sabe!

¡No tiene puntería!

“¡No!”- te vuelves a decir. “¡Qué hice yo para merecer esto!”

Es como una morsa inmóvil. Te preguntas si intentas moverlo, o mejor lo despides inmediatamente.

El individuo parece de manteca: te da la impresión de que si lo mueves, se quiebra en cualquier momento.

Al fin, decides que ya no estás para ilustrar a hombres grandes en materias sexuales.

El te sugiere vestirse, y tú asientes.

Pero para tu sorpresa, ¡no se va! Se instala en tu living, y decide proseguir su monólogo.

“¡No!”- te vuelves a decir. “¡Qué hice yo para merecer esto!”

Pero, si creías que eso sería todo, la noche era muy joven.

De repente, tu exótico acompañante… ¡desborda un cúmulo de lágrimas!

“¡No!”- te dices. “¡Qué hice yo para merecer esto!” “¡Un hombre que llora!”

Lo peor es que el individuo entra en una crisis. Tiembla desde el lóbulo de las orejas hasta el dedo gordo de los pies. Pacientemente, le preparas un té de tilo, para que se tome los vientos lo más pronto posible.

Al cabo de tres horas, logras calmarlo.

“¡Mejor me voy!” Exclama.

(¡Al fin te diste cuenta!) – te dices.

“¿Te puedo llamar mañana?” – (¡No!). Pero te da pena, así que le dices que sí.

No hay caso, te tocan los casos más patológicos.

Pero, no desesperes, amiga.

La tercera, será la vencida.

Anna Donner © 2009

Misión Imposible.



Se viene nos fin de año, uno está cansado, y con ganas de aflojar. Por lo tanto, hoy no te hablaré ni de política, ni de filosofía, ni de religiones, dejemos esto para cuando termine la “Siesta Uruguaya”, el último domingo de la Semana de Turismo, cuando el último ciclista cruce la meta.

Tiempos estivales se avecinan, vacaciones, playa, sol, salidas…

¿No te gustaría obtener un buen compañero de aventuras (¿ por no decir pareja, novio, amante, amigovio, amigo con derecho a roce, etc?)

En fin… alguien que te arrime la ropa al cuerpo.

En la búsqueda del milagroso hallazgo se encuentran en este momento millones de almas, pero estas búsquedas desafortunadamente no siempre arrojan resultados fructíferos.

Dicen que el que busca… encuentra. Pero: ¿Encuentra, qué? ¿Algo digno de su satisfacción? ¿O algo digno de pena?

Estimada amiga, si tú te encuentras en este momento en la Misión quasi imposible de hallar tu alma gemela, en este tópic encontrarás todo lo que necesitas para que ¡tu misión sea exitosa y no fracases en el primer intento!

No te diremos qué debes hacer, sino todo lo contrario.

¡Te diremos qué no debes hacer!

A todos nos gusta ser conquistados, alabados, deseados, amados. ¿Porqué algunos lo logran y otros ni por todo el oro del mundo? En esa nefasta lista, se encuentra nuestro amigo del tópic anterior, sí, lo recuerdas: Xavier Vergara. ¿Verdad que no quieres correr tamaña suerte?

Por lo tanto, a continuación te presentamos una lista de cosas que jamás debes hacer, si quiers que la misión sea exitosa.

Eres una chica mona, te dices ese sábado, mirándote al espejo mientras te maquillas para salir “de cacería”. Irás a ese boliche tan de onda que te recomendaron con tus amigas. Te duchas, te pones un conjunto de lencería de encaje, por si acaso, algo se presenta en la noche: Color negro, bombacha, corpiño y portaligas, y luego, un vestidito strapless, color verde meloncito, y te calzas un par de sandalias plateadas con plataforma escondida. Te maquillas los labios de rojo sangre, te delineas los ojos de negro, te pones rouge en abundancia. Tienes el cabello largo, con claritos, y un flamante brushing que te hizo tu peluquero de confianza. Pues, estás lista.

Ya en el lugar en que desarrollará la acción, divisas tu objetivo. Un bombonazo, alto, rudo, con mirada seductora. Apuntas toda tu artillería. Te pones en pose, y le lanzas una mirada fulminante. Supongamos, tu objetivo, comprendió la indirecta bien directa. Se aproxima hacia ti, y comienza a bailar a tu lado. Tú le guiñas un ojo, y obviamente, te pregunta tu nombre. Tú no cabes en ti de la alegría, lo miras como para comértelo crudo y le preguntas el suyo. A continuación se desarrolla una conversación frívola, se cuentan cosas importantes como la edad, hablan del terrible humo que hay en el lugar, y así, como quien no quiere la cosa, él, luego de compartir algunos movidos y apreciar el grácil contoneo de tus caderas, te invita al exterior a tomar un poco de aire, y obviamente, tú, asientes.

La brisa se hace sentir, por lo cual tu novel amigo te propone ir hacia un lugar más calentito. Tú asientes de inmediato; lo invitas a tu casa.

Una vez en el “ring”, (él un tanto apabullado, confesemos), tú comienzas a quitarte lentamente tu vestido verde meloncito, nunca dejando de contonear tus caderas. Te levantas, pues, la falda, y arrojas una sandalia y luego la otra.

Sucede lo que tiene que suceder. El bombón aprecia tu conjunto de lencería, y te lo quita de inmediato. Tú le desabotonas su camisa, le quitas el bóxer y, pasan unas dos horas en un éxtasis brutal.

Luego de descansar unos quince minutos, el bombón comienza a vestirse.

-¿Ya te vas? ¿No quieres quedarte a dormir y desayunamos juntos?-

-Me encantaría, pero mañana te llamo, ¿tá?-

A continuación, intercambian celulares, él te da un beso breve en la mejilla, y se va.

Tú no cabes en ti de gozo, no esperas ni un segundo para comunicarte con todas tus amigas, diciéndoles que conociste al hombre de tu vida. Hablas durante tres horas con cada una de ellas.

Te duermes embriagada, no puedes dejar de pensar en que se te ha dado, proyectas todo el verano a su lado, quizá esta semana podrías ir a su casa y prepararle una cena romántica, la próxima quizá le hablarías a tus papás que tienes novio, y la siguiente quizá le sugieras de conocer a los suyos.

¡Qué futuro prometedor!

Despiertas a las 9 A.M. y chequeas tu celular. Te dices: - “Aún estás durmiendo, cosa divina…”.

Verificas a las 10, 11, 12. ¡Quizá puedan almorzar juntos! Mujer prevenida vale por dos. Te duchas, te vistes, segura de que tu teléfono sonará en cualquier momento.

La 1, las 2. ¿Y si lo llamas tú? ¿Total? Llena de entusiasmo, discas su número.

“Te comunicaste con el celular de X. En este momento no puedo atenderte, deja tu mensaje…”

Piensas con inocencia que quizá esté dormido, así que te esmeras y le dices: “Mi amor, había pensado que podríamos almorzar juntos, llámame en cuanto te despiertes. Ya te extraño”.

Las 3, las 4, las 5.

Insistes. Nuevamente el contestador. No dejas mensaje. Entonces te dices que quizá olvidó su celular y le dejas un S.M.S. “Mi amor, evidentemente tu celular y tú no están juntos, llámame, te extraño”.

Domingo.

Lunes.

Martes.

¡Nada!

¿Qué ha sucedido? ¿Por qué tienes tanta mala suerte? No comprendes, todo estaba bien.

(¿Bien?)

Volvamos a la noche del sábado.

El bombón reaparece en el boliche alrededor de la madrugada.

Sus amigos festejan:

- “¡Campeón!”

-“¡Si estaba regalada como perejil de feria!”

Anna Donner © 2009

La Cita


- ¡Crash!- Xavier reventó el teléfono contra la pared de su cuarto.

- ¿Señor Vergara? - Le habla Caty, de Polvos Express. Lamento informarle que la Srta. Angela Ramera tropezó con un vibrador, y se fracturó la pierna.

- ¿El Señor desea contratar otra chica? -

- ¿Sin cargo?-

- La promoción "Rapidito sin humo", no tiene garantía. Pero por una módica diferencia, puede pasarse a "Por adelante y atrás", y le enviamos a Gilda Memás.

- ¡No estoy dispuesto a pagar un puto peso más!- rugió furioso.

Xavier tenía menos arrastre que una ballena muerta.

Si alguna gorda desesperada le daba bola, todo terminaba tras pagar Xavier la adición del Tenedor Feliz, luego que su cita hubo pedido entrada, plato principal y postre.

En el mejor de los casos, si había eclipse de Luna, y pasaba a la próxima etapa, Xavier era abandonado, tras depositar una generosa suma en la mesita de luz:

- Papi, sos tan divino. Mañana me vence la tarjeta, y estoy en la lona. ¿Me podés tirar un cable? Te prometo que en cuanto pueda te lo devuelvo...

Xavier siempre quedaba sin un peso, y ni rastros de la susodicha.

La cosa ya era grave.

O levantaba algo en el chat, o se iba a dormir con María Muñeca.

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, y Xavier se conectó.

¡ Xavier, tienes dos mensajes nuevos !

De :Travieso Feliz. Asunto: Nunca es tarde.

De : Gatita Apetitosa. Asunto: ¡ Miau !

Iba a borrar el primero de ellos,pero lo pensó mejor, y podría ser un buen Plan de Emergencia. Por lo pronto, lo intentaría con Gatita Apetitosa.

"Gatita Apetitosa te ha incluído en su lista de contactos", anunció el mensaje de una ventana emergente desde las profundidades de su escritorio.

Xavier hizo click en Agregar.

"¡Cómo está ganando el pibe!", petulante, se conectó alborozado, regocijándose con la idea de un encuentro muy pasional.

-¿Estás? - dice GatiApe.
-¡Para vos, todo, mamita! - dice XVergara.
-¿Todo, ricura?- dice GatiApe.

"¡Salió fiesta! " Xavier no cabía en sí de gozo, y temblaba cuando tecleaba.

- Pará, bombón, hay condiciones - dice GatiApe.

"La mierda, tranquilo campeón."

- ¿Cuánto medís?- dice GatiApe.
- Uno setenta, peso ochenta, complexión delgada, ojos marrones - dice XVergara.
- ¡Eso no me importa!- dice GatiApe.
-¿No? - dice XVergara. (Anonadado)-
-¿Y qué tengo que medir? - dice GatiApe.
- Tu pajarito, ¿entendés, tesoro? - dice GatiApe.
- ¡Ah....! - dice XVergara.
- ¡ Pará que traigo el centímetro de mamá !- dice XVergara.
- Siete centímetros con tres milímetros - dice XVergara.
-¡Hm bombón! Pero eso no es todo.- dice GatiApe.
- ¡Papá no le hace asco a nada! - dice XVergara. (Vanagloriándose, ufano, constatando que su miembro había comenzado a endurecerse).
- ¿Qué desea mi gatita?- dice XVergara. (Aguardando impaciente la propuesta).
- Quiero que vengas vestido con corbata - dice GatiApe.
- Te veo en una hora y no te olvides de llevar una banana - dice GatiApe.
- ¿Una banana? - dice XVergara (Azorado).
- Lo que entendiste, ¡Una banana, no me hagas repetir las cosas porque pierdo la paciencia! - dice GatiApe.

"¡Qué la parió, cómo me cachondean las malas!", Xavier se imaginaba esposado a la cama, vestido de cuero rojo, y su conquista de botas negras, con látigo en mano, clavándole los tacos aguja en sus partes más sensibles.

"¡Dame palo, mami, que soy tu esclavo!" Xavier no podía con sus libidinosos propósitos, pero aguantó el pichí.

- Pará, pará. ¿Cómo sé que sos vos y dónde nos encontramos? - dice XVergara (Poniendo los pies en la tierra, con un toque de real sensatez).
- Mando foto- dice GatiApe. "Enviando archivo, aguarde un instante" ratificó un mensaje del sistema operativo.

Xavier abrió el archivo .JPG, y quedó apabullado. "¡Fá!" La rubia con cara de vicio le sonreía lasciva desde el monitor. Tenía el dedo índice en su labio superior, mientras su lengua relamía el pulgar.
¡Anna Nicole Smith, Alejandra Pradón, y Silvia Suller juntas! Xavier se esforzó y aguantó el pipí.
¡En una hora todo eso sería suyo!

- Te espero en La Covacha, voy con ropa negra - dice GatiApe.
-¡Papá sale para ahí, aprontate, mamita!- dice XVergara.
-¡No te olvides de la banana y los forros los pagás vos!- Dice Gatiape.

"¿Para qué mierda será la banana?" Se debatía Xavier.

-¡Quedate tranquila, mamita, que llevo la bananita! -dice XVergara ("¡Me salió en verso y todo, cómo estoy je je!) y acto seguido se desconectó.

Xavier procedió a emperifollarse para la ocasión.

"Lle-var-cor-ba-ta-fo-rros-y-ba-na-na", se repetía a modo de recordatorio no sea cosa que Gatita Apetitosa le negase sus encantos.

Media hora y Xavier estaba listo. Penetró en las instalaciones de farmacias "Machado", y se detuvo frente al mostrador, abochornado.

-¿Señor, en qué lo puedo ayudar? - Interrogó el simpático dependiente.

-Un ndn-

-¿Un qué?-

-Un ondn-

- El Señor me va perdonar, pero no lo entiendo - indicó el funcionario farmacéutico.

- ¡Un condón! - vociferó Xavier, irritado.

- ¿De qué talle?-

- Uy..¿Qué talles hay?-

- XS,S,M,L, y XL-

- No sé - proseguía dubitativo, Xavier.

- ¿Y de qué tamaño la tiene el señor?-

- ¡Sí! ¡Siete centímetros con tres milímetros! -

- Muy bien señor, acá tiene- el dependiente le entregó un sobrecito color negro.

"Y yo que creía que eran todos iguales, lo qué es la ciencia, qué la parió"...

Xavier arribó a La Covacha, a la hora establecida. De una mesa lo corearon con aplausos:

-¡Ver-ga-ra! ¡Ver-ga-ra! ¡Ver-ga-ra!-

Reconoció al instante, la blonda cabellera de Gatita Apetitosa, así como su minifalda negra. Se acercó, presuroso. ¡La fiesta comenzaba!

No lo dejaron ni hablar. La horda estaba enardecida, lo llevaron en andas a la pista de baile, y el stripper le cedió su lugar.

-¡Ver-ga-ra! ¡Ver-ga-ra! ¡Ver-ga-ra!- clamaba la multitud.

Lo desnudaron, vendándole los ojos con la corbata.

Gatita Apetitosa se le acercó, y lo tumbó en el piso. Le quitó la corbata, y le susurró al oído:

-Bó, ¿Y la banana? - mientras la parte delantera de su minifalda crecía vertiginosamente.

Dos horas después, Xavier había llegado a casa. No podría sentarse al menos por una semana. No importa, chatearía desde su cama.

Anna Donner © 2007

Prólogo.



Nuestro noble propósito es otorgar a todos los mortales, el beneplácito sagrado.

Friggidaire&Co nació en los albores del siglo XXI, ofreciendo una propuesta novedosa ante un grupo considerable de individuos que estaba analizando seriamente la posibilidad de Acabar (con su vida), para arribar al Paraíso y acceder a las Siete Vírgenes, ¡ya!; en vista de sentirse acorralados por el hambre y el frío.

Friggidaire&Co es una compañía con fines de lucro destinada a satisfacer las necesidades del mercado.

¡Ojito!

Friggidaire&Co ha recogido crónicas reales para su póstuma obra: “El Último Orgasmo”, mediante el apoyo de sus corresponsales en todo el mundo. El título de la obra ha sido propuesto por nuestro sexólogo de renombre, el Padre Pirulo.
"El Ultimo Orgasmo" no podría haber sido escrito sin el invalorable aporte de todos.

Noticias del Lanzamiento:

Friggidaire@Co ha realizado su último seminario para la puesta a punto de El Ultimo Orgasmo en la Isla Plumas Verdes del archipiélago de la Lora. Asimismo, la Señora María de las Virtudes Anorgas, directora de la revista Sexopatalitan, ha escrito el prólogo de El Ultimo Orgasmo, el cual compartió con todos nosotros, ahogada por las lágrimas provocadas por una emoción de tamaña envergadura:

” Mis queridas amigas: (- Risas y Llantos-) Cada vez que oía palabras sucias, me subían las pulsaciones a cien mil, y de noche soñaba que unos pitos gigantes del tamaño de un ser humano, se abalanzaban sobre mí, y despertaba transpirando. El sueño volvía una y otra vez. Cuando fui a confesarme con el padre Pirulo, me dijo:"Jamía, necesitas ayuda." Fue así que me hallé golpeando a las puertas de Frígidas Anónimas una fría noche de invierno.

Desde la fecha, Friggidaire&Co no descansa un instante. Y Se complace en anunciarles su próximo lanzamiento: El síndrome “Down-Performing”. Hemos contado en todo momento con el invalorable aporte de nuestro sexólogo, Monseñor Pirulo, quien ha destinado sus prestigiosas horas, minutos y días, al estudio de este fenómeno: “La mayoría de los afectados revelan falta de experiencia y temor a ser juzgados. ¿Cuál es la fórmula? Es la pregunta que más inquieta a caballeros que acuden a mi consultorio, preocupados de su rendimiento durante el acto non santo. Existen hitos de sagrada relevancia como la duración y la cantidad de prestaciones anteriores. “ sostiene Monseñor Pirulo.

“La poca práctica del acto non santo detona decaimiento de la autestima”. Dr. Esquizoi Locazo, “ Este insuceso se transforma en causa-del-efecto. Así, el niño herido va en retraimiento de la frecuencia en el aire”.


Próximos Títulos:


.La ecuación de la Frecuencia Ideal para la realización de actos non santos: [1/Velocidad * Cantidad de prestaciones anteriores]. ( Análisis y Desarrollo).
.Iniciación en el ritual del pecado: ¿ Con dinero ?
.Hímenes ansiosos.
.Evaporación de telarañas en cavidades lujuriosas.
.Gimnasia para pitos y vulvas insatisfech@s.
.Virginidad Senil.

Capítulo I. La Primera Revelación


María de las Virtudes respiraba agitada. Al fin había podido conciliar el sueño, luego que las convulsiones aflojaron. En la semana había solicitado turno con su psicóloga. Tendida en el diván de cuero negro, temblaba desde el lóbulo de la oreja hasta el dedo gordo del pie.


– Virtudes; vamos a hacer un ejercicio de relajación - propuso amorosamente la Dra. Luna Tica. Virtudes estalló en sollozos. Piadosa, Luna le alcanzó un Kleenex.

– ¡Me voy a morir!

- Virtudes; – Luna la miró amenazante, mientras Virtudes se volvía cada vez más pequeña en la inmensidad de su diván - ¡No te vas a morir! Simplemente, no estás conectada con tu cuerpo. Tu "yo" racional está siendo dominado por tu "yo" pasional. Para eso necesitamos determinar cuántos “voltios” te están faltando para conectar las dos facetas de tu “yo”.

Luna realizó una pausa, y encendió un cigarrillo.

–En este momento estás sintiendo impotencia, porque tu “yo” racional está estresado.

– ¿De verdad? – inquirió Virtudes, abombada por prestar atención a tanta definición a la vez.

- Tu “yo” pasional está siendo contenido por tu “yo” racional. Virtudes, tu “yo” racional te está pidiendo desesperadamente auxilio, y estos síntomas son los que se reflejan en tu cuerpo. – Ah…- ¡Pero esa es solamente la punta del iceberg! – concluyó Luna con vehemencia.

- No entiendo.- Ese es el efecto, Virtudes, pero hay que investigar la causa.

– ¿La causa de qué? – Luna impaciente, encendió otro cigarrillo. Cerró los ojos, respiró hondo y prosiguió – ¿Por qué tu "yo" racional está conteniendo a tu "yo" pasional? Esta es la base sobre la que vamos a trabajar en esta y próximas sesiones. Vos no podés aceptarte como sos, y entonces no dejás salir a la verdadera Virtudes. Tan oprimida está la pobre que se ahogó, ¿entendés? ¡Pero la vamos a rescatar del mar abierto! ¿Ok?

– Ah…

-¡Tenés que encontrarte, Virtudes!- espetó Luna.

- Estoy perdida – atisbó a emitir la azorada Virtudes.

- No tengas miedo, Virtudes. ¿Confiás en mi?- Virtudes asintió con la boca abierta.

- Estos conflictos están dando vueltas en tu inconciente todo el tiempo, son niños heridos. Virtudes, tenemos que curar a todos los niños heridos. Ahora vamos a hacer un ejercicio. Tomá asiento ahí- Luna le señaló una silla frente a una pizarra.

- Yo escribo, vos leés. ¿Está claro? – Virtudes nuevamente asintió moviendo la cabeza.

Luna abandonó su anatómica butaca, y caminó erguida hasta la pizarra. “S E S O”.

– Se-so.

- ¡Muy bien!

“S O L”.

– Sool.

- ¡Precioso!

“R I N C O N”.

- Rin-cón.

Así Virtudes se fue abandonando al placer del ejercicio. ...

- Io

- ¡Más fuerte!.

– iTo

- ¡No te entiendo nada!

-¡No puedo!

-¡Podés!

–¡Pi-to! ¡PI-TO! ¡PIIITTTOOO!

Virtudes lloraba agotada. Luna la aplaudió a rabiar.

- ¡Bravo! Pudiste verbalizar eso que tanto te acongoja, y es un gran comienzo - Luna le alcanzó otro Kleenex.

– Se nos acabó el tiempo, nos vemos la próxima.

Capítulo II. Expulsión.


El yo reflexivo de María de las Virtudes emergía desde las penumbras de su inconciente encarnado en un horrendo enano de jardín. Vestido con un sambenito amarillo, el enano elevó su dedito inquisidor:

-¡Pagarás tu blasfemia en el fuego del infierno!-. Consternada, Virtudes constató con terror cierta temperatura eneserecoveconon-sancto.

¡Oh,Padrenuestroqueestásenloscielos!- Arriba, abajo, al centro, adentro, ¡tuntún!. La cuestión es que ese desagradable infortunio no cedía. - ¡Dios Santo!.

María de las Virtudes acababa, irreverentemente, de abandonar el reino de los buenos. El hecho era irreversible.

-¿Y ahora, quién podrá defenderme?
-¡El Chapulín Colorado!
– ¡Oh!; ¿y tú quién eres?

Un bondadoso duendecillo ataviado con ropajes color carmín, le sonreía con agrado, tendiéndole su mano, cuyo dedo índice se mecía con lascivia.

- ¿Eres de verdad quien pienso?
- ¡Amada mía!
- ¿Eres tú?

Virtudes elevó la mirada, y sólo halló el vacío. ¿Qué había sido todo? Aún optimista, Virtudes elevó por segunda vez la mirada, el duende se había evaporado.

-¿Te has ido?-, Virtudes elevó por tercera vez la mirada, y esa fue la vencida. Desde la bruma de los cumulonimbos, el duendecillo esbozó para ella su más libidinosa sonrisa: -¡Después de ti!. - Acto seguido, se borró para no volver.

Sumida en la más terrible depresión, Virtudes elevó por cuarta vez la mirada, y en su lugar estaba el enano. Virtudes comenzó una alocada carrera. El enano corría tras ella, persiguiéndola a lo largo de trece agónicas cuadras.
- ¡Ayuda, por favor!

No obtuvo respuesta, dicen que no es bueno entrometerse en los asuntos del Diablo.Trece largas cuadras, tras las cuales emergió la benefactora silueta de la parroquia del Caramelito Descalzo.
-¡Ayúdeme, Padre!-.

Capítulo III. Expiación.


El portón de la parroquia del Caramelito Descalzo chirrió amenazante, abriéndose de par en par. Asomose por el mismo, Monseñor Pirulo, dueño absoluto del lugar.

- ¿Qué se te ofrece, Hija Mía? – inquirió a la azorada Virtudes, quien entró en tal estado de pánico, que fue incapaz de emitir un vocablo coherente.

– ¡Tranquila, Hija Mía!, ¡Has dado con el lugar indicado!-, acto seguido, la miró con dulzura, y en medio de un gemido, le susurró: -Permíteme invitarte a pasar-.

Virtudes tenía los ojos fuera de sus órbitas, y se conectó de inmediato con esa figura angelical que la Divina Providencia le había enviado para salvarla. Monseñor Pirulo ejercía sobre ella un magnetismo tan brutal, que en ese mismo instante decidió consagrarse a él en cuerpo y alma.

El párroco se aflojó la oscura sotana y un agotamiento aparente emanó de su rostro cándido. Acto seguido, condujo a María de las Virtudes a lo largo de la nave nupcial. Cuando llegaron al altar, le hizo señas para que detuviese el ritmo desenfrenado su marcha, sacando del bolsillo de sus ropas negras un control remoto. Con magistral puntería, enfocó al niño que descansaba en la cruz, y en décimas de nanosegundos, una pared corrediza cedió.

Apareció ante ellos un recinto que albergaba un lecho circular, y un diván tapizado de rojo, pegándose el amoroso conjunto al paisaje nupcial cual pincelada renacentista.

–Pasa Hija, estás en tu casa – acto seguido Monseñor Pirulo se desprendió la sotana, quedando vestido tan sólo con un traje adherente de neopreno rojo: -Ahora estoy más cómodo, déjame traerte un vaso de agua. ¿O prefieres un tinto? ¡Oh, estás aterrada!. Si me permites una sugerencia, te invito a ponerte cómoda – le dijo con paternal ternura, señalándole el colchón.-Relájate, Hija Mía. -

María de las Virtudes no sabía a ciencia cierta si obedecer a su novel benefactor, aún la aquejaba la duda existencial: - Padre, ¿Debo? – Hija mía, dejémonos de formalismos, visualiza ahora al sexólogo que hay en mí, dime simplemente Pirulo, y trátame de tú. -

Capítulo IV. Un auto de fe.


Yo...tú... él... nosotros... vosotros... ellos.

- ¡Oh, Padre, han sido ellos!

- ¿Quiénes, Hija mía?

- ¡Ellos!

- Tranquila, Hija mía, estás muy tensa.- acto seguido el Padre Pirulo tomó el laxo ser de María de las Virtudes por las astas.

– ¡Oh, Padre!

- Hija Mía, vamos a relajarte, conéctate con tu cuerpo y piensa en un lugar idílico, estás ahora en el mar Caribe, ¡Oh, Hija! ¿visualizas ahora el mar?

......

-¡OK! Estás ahora en una preciosa isla, ¡Oh, Hija! ¿visualizas ahora la isla?

......

- ¡OK! Es ahora un hermoso día y el cielo está azul, ¿visualizas ahora el cielo azul?

......

-¡OK! Ahora te darás un baño en el hermoso mar, ¡Oh, Hija! ¿visualizas ahora el mar?

......

-¡Hija Mía, visualizas ahora el mar!

- ¡Oh, Padre, y también los pececitos de colores!

-¡Oh, Hija! ¿Y pueden esos pececitos de colores zambullirse en el mar bravío?

-¡Oh, Padre, ahora visualizo un rayo!

- ¡Oh, Hija!, ¿No ves acaso el cuerpo y el alma de nuestro Señor?

-¡Oh, Padre! ¡Sí! ¡Oh! ¡ Sí lo veo, Sí!

- ¿Y de quién es ahora ese cuerpecito?

-¡Tuyo, Señor!

- ¡Muy bien, Hija mía!

- ¡Oh, Padre! ¿acaso estoy yo enferma?

-¡No, Hija!

-Entonces ¿qué tengo, Padre?

– Oh, Hija Mía...tú tienes…

-¿Qué tengo, Padre?

-Oh, tú tienes….

- ¡Por Dios! ¿Qué tengo, Padre?

- Oh, Hija Mía, tú tienes… ¡Tienes la conmiseración de nuestro Señor! ¡Hija mía, la fe y el amor hacia nuestro Señor mueven montañas!

–¡Oh, Padre! ¡La tierra está crujiendo!

– ¡Ahá! ¡Has mordido la fruta prohibida!

- ¡Perdóneme, Padre!

– Hija mía, ¿acaso has venido aquí para obtener mi perdón? ¡Es a él a quien debes de redimirte! ¡Es El quien te absolverá de toda culpa!

- ¡Oh, Virgen María con pecado concebido!

- Hija mía, ¡no puedes huir de tu propio calvario! ¡Los actos irreflexivos tienen sus consecuencias!
–¡Oh, Padre!

– Hija Mía, presta atención. Hija Mía, no estás sola. Existen otras almas como la tuya que también se han perdido del camino de Nuestro Señor...

-¡Muchas otras como tú en el medio de este escabroso asunto! Tranquila Hija Mía, estás con una obsesión proyectada en los albores de tu ego más profundo. Nuestro Señor se ha apiadado de todas las ovejitas descarriadas, y con tal noble propósito se ha fundado la Asociación de Adoratrices del Divino Bulto, con domicilio constituído en la Plaza de los Pasos Perdidos, a su imagen y semejanza.

-¡Una noble organización no gubernamental de la cual soy parte fundamental! - Monseñor Pirulo sonrió con elegancia.

- ¡Para que todas las criaturas como tú puedan redimir su ominosa conducta!

A partir de mañana comenzarás a concurrir a la congregación de Las Mojigatas en la Plaza ¡Irás seiscientas sesenta y seis veces!. – Monseñor Pirulo se puso de pie y sonrió con suspicacia, dando por finalizado el sermón.

-Luego acordaremos la modalidad de pago en especias.-Acto seguido se cubrió con la sotana y acompañó a María de las Virtudes hasta el portón.

–¿Estás lista, Hija Mía? Acto seguido la despidió con todos los augurios de un éxito rotundo.

¡PICA VIEJAS! Un escándalo del tercer milenio.


Querido y adorados escuchas: Como no podía ser de otra manera, "JETAS" te trae "todo lo que vos querés saber y no te animás a preguntar"...

Antes de seguir adorados, aprovechen la promoción "Dos por dos" de nuestro magno auspiciante "Allicia Laquella Caricia", yo me hice el... ¡LIFTING DE POLVO DE ORO, Y TAMBIÉN EL DE POLVO DE PLATA!, en...

(Voz en off: ¡A...lli....ciaLaquellacarica!)

¡Gracias adorados!

"Allicia Laquella Caricia" también ofrece la super promo dos por uno: "Allicia Te Levanta todo lo que ya Cayó", ¡también un dos por uno!

Permítaseme por vuestra parte...

...homínidos lectores de estas magnas líneas, dirigirme, por un instante...

a las ¡féminas bellas!.

Allicia Laquella Caricia" está al servicio de las señoras devenidas sus partes anteriores y posteriores", y también ..

(Voz en off: La Señora del Corral blanquea su dentadura con.... ¡"Allicia white incisive, canning and others"!)

¡Gracias adorados! Ahora yo sonrío y mis dientes son ....

(Voz en off: ¡BLAN-COS!)

¡Gracias adorados!
Además, queridos y queridas ¡si está mal que Mickael Jackson se haya hecho blanco, porque era negro!, pero no está mal...

¡Hacer Blancos tus dientes Negros!

¿No hay más publicidad? Bien, adorados escuchas.
Nuestros pappparazi le han dado la captura a... (¡la nota, chicos, la nota!)
Adorados escuchas, si ya se habían sorprendido por la magna noticia de la separación de Diego Forlán Y Zaira Nara, ahora JETAS, ¡los sorprenderá más!

PICA VIEJAS ¡ESCÁNDALO!

"Vieja frígida intentaría retener por todos los medios a su cónyuge devenido en ex cónyuge, cuya líbido habría estado descendiendo a menos infinito al divisarla desposeída de sus paños menores".

La ex tinta señora vieja de "El Rey de la Regularidad y Banderas", ¡fue captada por nuestros papparazzi!. ¡Vamos chicos, la nota!

Una noche, una noche en la cual no hacía, ni mucho calor, ni mucho frío, y los pajaritos ya se habían ido a dormir, las pajaronas ¡salieron a la calle!

Según un testigo fundamental que pidio a Jetas preservar su anonimato, (naturalmente mi querido lo respetaremos), fue divisada la ex tinta señora vieja de "El Rey de la Regularidad y Banderas", la Señora Irene Della Giovampa Puerto, de riguroso ingógnito saliendo de... saliendo de... ¡saliendo del "aguantadero" del Rey de la Regularidad, a altas horas de la noche!

Inmediatamente nuestros periodistas investigaron el escabroso asunto, y parecería ser que Giovampa Puerto habría viajado exclusivamente a la "Grasa de las Capitales" con la se(x)creta esperanza de reconquistar a su ex.

Según nuestra querida Psicóloga, la Doctora Luna Tica, parecería ser que "Giovampa Puerto" habría concurrido a la clínica "Life after MENO", para realizarse un completo estudio, cuyo resultado arrojó el desalentador diagnóstico: Giovampa Puerto es padeciente del síndrome "Frígidas Desesperadas".

Lo cierto es, que "Giovampa Puerto" habría concurrido al mentado "aguantadero" con la intención de abrir sus extremidades inferiores para ¡retener! al Rey de la Regularidad, quien habría abandonado el domicilio conyugal, y a su cónyuge devenida en ex-cónyuge, porque (según nuestro amoroso testigo), estaba harto de que "Giovampa Puerto" no adscribiera a sus deberes de Buena Esposa: Ofrecer el número exacto de prestaciones que su cónyuge requería.

Giovampa Puerto había hecho caso omiso a las declaraciones del Rey de la Regularidad, exactamente a un año y unos meses a nuestra prestigiosa revista: el Rey de la Regularidad, adujo en aquella oportunidad, que sentía repugnancia de su cuerpo viejo, y era padeciente de náuseas provocadas debido al aspecto oscuro de sus dientes.

Seguramente Giovampa Puerto habría perdido el control, pues siempre cuidadosa de su prestigio e imagen, pareció no darse cuenta del patetismo de su ominosa conducta.

La Dra. Tica, está en duda de si Giovampa Puerto realmente se habría curado de su patología, y habría venido a la capital ante el intempestivo arranque de un deseo sexual, o si por lo contrario la desesperación en que se hallaría sumida, la habría conducido a la práctica de la prostitución senil.

La notera de Jetas entrevistó a un individuo, que en este caso no tuvo ningún reparo en revelar su nombre, el Sr. "Mongo Cucho", quien le habría dicho a nuestra notera: "¡Mire que ya está viejita para prostituirse la Puerto!"

Nuevamente entonces, Jetas acudió a la Dra. Luna Tica, quien reveló lo siguiente: " la Señora Irene Della Giovampa Puerto me inspira una profunda pena".

Tal es así, que la Dra. Luna Tica, concurrió días posteriores al domicilio esteño de Giovampa Puerto, y parece que la Dra. Luna Tica habría dado, tras un trabajo arduo de investigación con la Bruja "Cacha Vacha", (de quienes usufructúa los servicios Della Giovampa Puerto).

Por lo tanto la Bruja "Cacha Vacha" y la Dra. Tica fueron recibidas por Della Giovampa Puerto y la Bruja "Cacha Vacha" (en quien Irene Della Giovampa Puerto habría depositado su más magna confianza) le habría sugerido:

"Querida Irene, ¿porqué no busca alguien que la quiera? EL AMOR NO SE COMPRA, NO SE OBTIENE A LA FUERZA."

Seguidamente, la Doctora Luna Tica, experta en "Psicologías de Seducción", le habría sugerido una carrera corta en la Parroquia "El Caramelito Descalzo", dictada por nuestro sexólogo de confianza, y adorable párroco, Monseñor Pirulo.

La Doctora Luna Tica conversó con "Della Giovampa Puerto":

-Querida Padeciente, permítame hacerle una amorosa sugerencia -en vista de que le ha quedado pendiente la aprobación del examen de la Materia "Estrategias de Seducción",- le sugiero la novedosa terapia efectista con Monseñor Pirulo. No tema, él le dará cursos teóricos y prácticos y le enseñará todos los se(x)cretos que según el diagnóstico que corresponde a su tercera Edad, revela que sus "yoes" están "en conflicto".

La Doctora Luna Tica arribó a la magna conclusión de que , Della Giovampa Puerto estaría con la materia pendiente.

Nuevamente, nuestro ya no testigo, sino amigo de Jetas, el Sr. "Mongo Cucho" reveló que el Rey de la Regularidad, en una noche de copas, le habría confesado "ese lastre viejo con cuerpo de olor a vieja...".

Con respecto a este punto, la Doctora Luna Tica,le sugiere al Rey que tenga suma delicadeza con respecto a los vocablos que utuliza para referirse a la Padeciente Irene Della Giovampa Puerto.

Pero el escándalo estalló, cuando la actual pareja del Rey de la Regularidad, descubrió el escabroso (in)suceso.

Parecería ser, que la pareja actual del Rey de la Regularidad le habría enviado una dura misiva:

"Estimada Irene Della Giovampa Puerto: Le envío a su retoño envuelto en papel de regalo.¿NO LE DA VERGUENZA A SU EDAD, PROSTITUIRSE PARA RETENER A QUIEN NO GUSTA DE USTED? Yo en su lugar, me habría suicidado con un hilo de coser antes que descender a los oscuros abismos de Lucifer. Mire que ya está GRANDECITA PARA CREER EN BRUJAS Y GUALICHUS. Pero si quiere le envío por CORREO un calzoncilllo de su cónyuge, para que lo analice con su BRUJA de confianza."
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