Prólogo.



Nuestro noble propósito es otorgar a todos los mortales, el beneplácito sagrado.

Friggidaire&Co nació en los albores del siglo XXI, ofreciendo una propuesta novedosa ante un grupo considerable de individuos que estaba analizando seriamente la posibilidad de Acabar (con su vida), para arribar al Paraíso y acceder a las Siete Vírgenes, ¡ya!; en vista de sentirse acorralados por el hambre y el frío.

Friggidaire&Co es una compañía con fines de lucro destinada a satisfacer las necesidades del mercado.

¡Ojito!

Friggidaire&Co ha recogido crónicas reales para su póstuma obra: “El Último Orgasmo”, mediante el apoyo de sus corresponsales en todo el mundo. El título de la obra ha sido propuesto por nuestro sexólogo de renombre, el Padre Pirulo.
"El Ultimo Orgasmo" no podría haber sido escrito sin el invalorable aporte de todos.

Noticias del Lanzamiento:

Friggidaire@Co ha realizado su último seminario para la puesta a punto de El Ultimo Orgasmo en la Isla Plumas Verdes del archipiélago de la Lora. Asimismo, la Señora María de las Virtudes Anorgas, directora de la revista Sexopatalitan, ha escrito el prólogo de El Ultimo Orgasmo, el cual compartió con todos nosotros, ahogada por las lágrimas provocadas por una emoción de tamaña envergadura:

” Mis queridas amigas: (- Risas y Llantos-) Cada vez que oía palabras sucias, me subían las pulsaciones a cien mil, y de noche soñaba que unos pitos gigantes del tamaño de un ser humano, se abalanzaban sobre mí, y despertaba transpirando. El sueño volvía una y otra vez. Cuando fui a confesarme con el padre Pirulo, me dijo:"Jamía, necesitas ayuda." Fue así que me hallé golpeando a las puertas de Frígidas Anónimas una fría noche de invierno.

Desde la fecha, Friggidaire&Co no descansa un instante. Y Se complace en anunciarles su próximo lanzamiento: El síndrome “Down-Performing”. Hemos contado en todo momento con el invalorable aporte de nuestro sexólogo, Monseñor Pirulo, quien ha destinado sus prestigiosas horas, minutos y días, al estudio de este fenómeno: “La mayoría de los afectados revelan falta de experiencia y temor a ser juzgados. ¿Cuál es la fórmula? Es la pregunta que más inquieta a caballeros que acuden a mi consultorio, preocupados de su rendimiento durante el acto non santo. Existen hitos de sagrada relevancia como la duración y la cantidad de prestaciones anteriores. “ sostiene Monseñor Pirulo.

“La poca práctica del acto non santo detona decaimiento de la autestima”. Dr. Esquizoi Locazo, “ Este insuceso se transforma en causa-del-efecto. Así, el niño herido va en retraimiento de la frecuencia en el aire”.


Próximos Títulos:


.La ecuación de la Frecuencia Ideal para la realización de actos non santos: [1/Velocidad * Cantidad de prestaciones anteriores]. ( Análisis y Desarrollo).
.Iniciación en el ritual del pecado: ¿ Con dinero ?
.Hímenes ansiosos.
.Evaporación de telarañas en cavidades lujuriosas.
.Gimnasia para pitos y vulvas insatisfech@s.
.Virginidad Senil.

Capítulo I. La Primera Revelación


María de las Virtudes respiraba agitada. Al fin había podido conciliar el sueño, luego que las convulsiones aflojaron. En la semana había solicitado turno con su psicóloga. Tendida en el diván de cuero negro, temblaba desde el lóbulo de la oreja hasta el dedo gordo del pie.


– Virtudes; vamos a hacer un ejercicio de relajación - propuso amorosamente la Dra. Luna Tica. Virtudes estalló en sollozos. Piadosa, Luna le alcanzó un Kleenex.

– ¡Me voy a morir!

- Virtudes; – Luna la miró amenazante, mientras Virtudes se volvía cada vez más pequeña en la inmensidad de su diván - ¡No te vas a morir! Simplemente, no estás conectada con tu cuerpo. Tu "yo" racional está siendo dominado por tu "yo" pasional. Para eso necesitamos determinar cuántos “voltios” te están faltando para conectar las dos facetas de tu “yo”.

Luna realizó una pausa, y encendió un cigarrillo.

–En este momento estás sintiendo impotencia, porque tu “yo” racional está estresado.

– ¿De verdad? – inquirió Virtudes, abombada por prestar atención a tanta definición a la vez.

- Tu “yo” pasional está siendo contenido por tu “yo” racional. Virtudes, tu “yo” racional te está pidiendo desesperadamente auxilio, y estos síntomas son los que se reflejan en tu cuerpo. – Ah…- ¡Pero esa es solamente la punta del iceberg! – concluyó Luna con vehemencia.

- No entiendo.- Ese es el efecto, Virtudes, pero hay que investigar la causa.

– ¿La causa de qué? – Luna impaciente, encendió otro cigarrillo. Cerró los ojos, respiró hondo y prosiguió – ¿Por qué tu "yo" racional está conteniendo a tu "yo" pasional? Esta es la base sobre la que vamos a trabajar en esta y próximas sesiones. Vos no podés aceptarte como sos, y entonces no dejás salir a la verdadera Virtudes. Tan oprimida está la pobre que se ahogó, ¿entendés? ¡Pero la vamos a rescatar del mar abierto! ¿Ok?

– Ah…

-¡Tenés que encontrarte, Virtudes!- espetó Luna.

- Estoy perdida – atisbó a emitir la azorada Virtudes.

- No tengas miedo, Virtudes. ¿Confiás en mi?- Virtudes asintió con la boca abierta.

- Estos conflictos están dando vueltas en tu inconciente todo el tiempo, son niños heridos. Virtudes, tenemos que curar a todos los niños heridos. Ahora vamos a hacer un ejercicio. Tomá asiento ahí- Luna le señaló una silla frente a una pizarra.

- Yo escribo, vos leés. ¿Está claro? – Virtudes nuevamente asintió moviendo la cabeza.

Luna abandonó su anatómica butaca, y caminó erguida hasta la pizarra. “S E S O”.

– Se-so.

- ¡Muy bien!

“S O L”.

– Sool.

- ¡Precioso!

“R I N C O N”.

- Rin-cón.

Así Virtudes se fue abandonando al placer del ejercicio. ...

- Io

- ¡Más fuerte!.

– iTo

- ¡No te entiendo nada!

-¡No puedo!

-¡Podés!

–¡Pi-to! ¡PI-TO! ¡PIIITTTOOO!

Virtudes lloraba agotada. Luna la aplaudió a rabiar.

- ¡Bravo! Pudiste verbalizar eso que tanto te acongoja, y es un gran comienzo - Luna le alcanzó otro Kleenex.

– Se nos acabó el tiempo, nos vemos la próxima.

Capítulo II. Expulsión.


El yo reflexivo de María de las Virtudes emergía desde las penumbras de su inconciente encarnado en un horrendo enano de jardín. Vestido con un sambenito amarillo, el enano elevó su dedito inquisidor:

-¡Pagarás tu blasfemia en el fuego del infierno!-. Consternada, Virtudes constató con terror cierta temperatura eneserecoveconon-sancto.

¡Oh,Padrenuestroqueestásenloscielos!- Arriba, abajo, al centro, adentro, ¡tuntún!. La cuestión es que ese desagradable infortunio no cedía. - ¡Dios Santo!.

María de las Virtudes acababa, irreverentemente, de abandonar el reino de los buenos. El hecho era irreversible.

-¿Y ahora, quién podrá defenderme?
-¡El Chapulín Colorado!
– ¡Oh!; ¿y tú quién eres?

Un bondadoso duendecillo ataviado con ropajes color carmín, le sonreía con agrado, tendiéndole su mano, cuyo dedo índice se mecía con lascivia.

- ¿Eres de verdad quien pienso?
- ¡Amada mía!
- ¿Eres tú?

Virtudes elevó la mirada, y sólo halló el vacío. ¿Qué había sido todo? Aún optimista, Virtudes elevó por segunda vez la mirada, el duende se había evaporado.

-¿Te has ido?-, Virtudes elevó por tercera vez la mirada, y esa fue la vencida. Desde la bruma de los cumulonimbos, el duendecillo esbozó para ella su más libidinosa sonrisa: -¡Después de ti!. - Acto seguido, se borró para no volver.

Sumida en la más terrible depresión, Virtudes elevó por cuarta vez la mirada, y en su lugar estaba el enano. Virtudes comenzó una alocada carrera. El enano corría tras ella, persiguiéndola a lo largo de trece agónicas cuadras.
- ¡Ayuda, por favor!

No obtuvo respuesta, dicen que no es bueno entrometerse en los asuntos del Diablo.Trece largas cuadras, tras las cuales emergió la benefactora silueta de la parroquia del Caramelito Descalzo.
-¡Ayúdeme, Padre!-.

Capítulo III. Expiación.


El portón de la parroquia del Caramelito Descalzo chirrió amenazante, abriéndose de par en par. Asomose por el mismo, Monseñor Pirulo, dueño absoluto del lugar.

- ¿Qué se te ofrece, Hija Mía? – inquirió a la azorada Virtudes, quien entró en tal estado de pánico, que fue incapaz de emitir un vocablo coherente.

– ¡Tranquila, Hija Mía!, ¡Has dado con el lugar indicado!-, acto seguido, la miró con dulzura, y en medio de un gemido, le susurró: -Permíteme invitarte a pasar-.

Virtudes tenía los ojos fuera de sus órbitas, y se conectó de inmediato con esa figura angelical que la Divina Providencia le había enviado para salvarla. Monseñor Pirulo ejercía sobre ella un magnetismo tan brutal, que en ese mismo instante decidió consagrarse a él en cuerpo y alma.

El párroco se aflojó la oscura sotana y un agotamiento aparente emanó de su rostro cándido. Acto seguido, condujo a María de las Virtudes a lo largo de la nave nupcial. Cuando llegaron al altar, le hizo señas para que detuviese el ritmo desenfrenado su marcha, sacando del bolsillo de sus ropas negras un control remoto. Con magistral puntería, enfocó al niño que descansaba en la cruz, y en décimas de nanosegundos, una pared corrediza cedió.

Apareció ante ellos un recinto que albergaba un lecho circular, y un diván tapizado de rojo, pegándose el amoroso conjunto al paisaje nupcial cual pincelada renacentista.

–Pasa Hija, estás en tu casa – acto seguido Monseñor Pirulo se desprendió la sotana, quedando vestido tan sólo con un traje adherente de neopreno rojo: -Ahora estoy más cómodo, déjame traerte un vaso de agua. ¿O prefieres un tinto? ¡Oh, estás aterrada!. Si me permites una sugerencia, te invito a ponerte cómoda – le dijo con paternal ternura, señalándole el colchón.-Relájate, Hija Mía. -

María de las Virtudes no sabía a ciencia cierta si obedecer a su novel benefactor, aún la aquejaba la duda existencial: - Padre, ¿Debo? – Hija mía, dejémonos de formalismos, visualiza ahora al sexólogo que hay en mí, dime simplemente Pirulo, y trátame de tú. -

Capítulo IV. Un auto de fe.


Yo...tú... él... nosotros... vosotros... ellos.

- ¡Oh, Padre, han sido ellos!

- ¿Quiénes, Hija mía?

- ¡Ellos!

- Tranquila, Hija mía, estás muy tensa.- acto seguido el Padre Pirulo tomó el laxo ser de María de las Virtudes por las astas.

– ¡Oh, Padre!

- Hija Mía, vamos a relajarte, conéctate con tu cuerpo y piensa en un lugar idílico, estás ahora en el mar Caribe, ¡Oh, Hija! ¿visualizas ahora el mar?

......

-¡OK! Estás ahora en una preciosa isla, ¡Oh, Hija! ¿visualizas ahora la isla?

......

- ¡OK! Es ahora un hermoso día y el cielo está azul, ¿visualizas ahora el cielo azul?

......

-¡OK! Ahora te darás un baño en el hermoso mar, ¡Oh, Hija! ¿visualizas ahora el mar?

......

-¡Hija Mía, visualizas ahora el mar!

- ¡Oh, Padre, y también los pececitos de colores!

-¡Oh, Hija! ¿Y pueden esos pececitos de colores zambullirse en el mar bravío?

-¡Oh, Padre, ahora visualizo un rayo!

- ¡Oh, Hija!, ¿No ves acaso el cuerpo y el alma de nuestro Señor?

-¡Oh, Padre! ¡Sí! ¡Oh! ¡ Sí lo veo, Sí!

- ¿Y de quién es ahora ese cuerpecito?

-¡Tuyo, Señor!

- ¡Muy bien, Hija mía!

- ¡Oh, Padre! ¿acaso estoy yo enferma?

-¡No, Hija!

-Entonces ¿qué tengo, Padre?

– Oh, Hija Mía...tú tienes…

-¿Qué tengo, Padre?

-Oh, tú tienes….

- ¡Por Dios! ¿Qué tengo, Padre?

- Oh, Hija Mía, tú tienes… ¡Tienes la conmiseración de nuestro Señor! ¡Hija mía, la fe y el amor hacia nuestro Señor mueven montañas!

–¡Oh, Padre! ¡La tierra está crujiendo!

– ¡Ahá! ¡Has mordido la fruta prohibida!

- ¡Perdóneme, Padre!

– Hija mía, ¿acaso has venido aquí para obtener mi perdón? ¡Es a él a quien debes de redimirte! ¡Es El quien te absolverá de toda culpa!

- ¡Oh, Virgen María con pecado concebido!

- Hija mía, ¡no puedes huir de tu propio calvario! ¡Los actos irreflexivos tienen sus consecuencias!
–¡Oh, Padre!

– Hija Mía, presta atención. Hija Mía, no estás sola. Existen otras almas como la tuya que también se han perdido del camino de Nuestro Señor...

-¡Muchas otras como tú en el medio de este escabroso asunto! Tranquila Hija Mía, estás con una obsesión proyectada en los albores de tu ego más profundo. Nuestro Señor se ha apiadado de todas las ovejitas descarriadas, y con tal noble propósito se ha fundado la Asociación de Adoratrices del Divino Bulto, con domicilio constituído en la Plaza de los Pasos Perdidos, a su imagen y semejanza.

-¡Una noble organización no gubernamental de la cual soy parte fundamental! - Monseñor Pirulo sonrió con elegancia.

- ¡Para que todas las criaturas como tú puedan redimir su ominosa conducta!

A partir de mañana comenzarás a concurrir a la congregación de Las Mojigatas en la Plaza ¡Irás seiscientas sesenta y seis veces!. – Monseñor Pirulo se puso de pie y sonrió con suspicacia, dando por finalizado el sermón.

-Luego acordaremos la modalidad de pago en especias.-Acto seguido se cubrió con la sotana y acompañó a María de las Virtudes hasta el portón.

–¿Estás lista, Hija Mía? Acto seguido la despidió con todos los augurios de un éxito rotundo.
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