Y Momia Casán dijo a la novel vedette:
“Querida, estar en pareja te devalúa”
(Revelaciones Morianas, Cap. LIX, Versículo 58)
Querida, te escribo desde la más profunda desazón: ¡Ya no se que hacer!
Cremas, dietas, gimnasio, todo, todo, todo… ¿Para qué?
Espléndida todo el verano… Para terminar achanchándome en el invierno, ¡Horror!
La cosa es que yo solita, iba por el camino de la recta razón, Darling.
La culpa de todo el descacharre la tiene el “aparejamiento”, como verás que te paso a describir con lujo de detalles de que se trata: salidas a comer, cenas con amigos de “Él”, con amigos “tuyos”, con la familia, y el familión… PUFFFF.
Gramajos, pizzetas, todas esas cosas ricas en calorías y carbohidratos que te podrás imaginar; atrás quedó la época del pan árabe y la ensaladita.
Y además el sedentarismo, tirarse a dormir la siesta, a hibernar como dos marmotas.
Si hasta tiene el nombre de un artículo que se usa para comer… ¿Cómo era? Ah, sí: “CUCHARITA”.
Es terrible, fijate que ni el Dr. Toto Da Silvido sabía de que se trataba*… Eso… Por eso está tan delgado: ¡Si hasta le tuvieron que hacer un dibujito para explicarle!
Yo no te quiero trastornar con mis relatos, porque estas historias son más para relatar en el acogedor confesionario de Monseñor (¿Te conté que compró cojinetes nuevos? Ahhh, si, que buenos cojinetes, si, si, si, ahora da gusto ir a confesarse)
¿Y qué pecado será: gula o lujuria? ¿Será una mezcla de ambos: “gulujuria”?
¡Mirá que pavadas digo! Es que estoy fatal, que me quiero morir si no entro en la talla 6 del último modelito Armani… Tanta comida y tanta cucharita… Y sí, voy a tener que reservar hora con Monseñor para confesarme, por no haber seguido los sapientísimos consejos de Momia Casán:
“Querida, estar en pareja te devalúa”
Y viste, Mimicha, yo te lo tengo que advertir, porque el que avisa, no traiciona, y ¡Después no digas que no te avisé!
Muack, muack, te dejo por acá, tomate los 8 vasos de agua por día, y acordate que una aspirina entre las rodillas ahorra muchos dolores de cabeza.
“Querida, estar en pareja te devalúa”
(Revelaciones Morianas, Cap. LIX, Versículo 58)
Querida, te escribo desde la más profunda desazón: ¡Ya no se que hacer!
Cremas, dietas, gimnasio, todo, todo, todo… ¿Para qué?
Espléndida todo el verano… Para terminar achanchándome en el invierno, ¡Horror!
La cosa es que yo solita, iba por el camino de la recta razón, Darling.
La culpa de todo el descacharre la tiene el “aparejamiento”, como verás que te paso a describir con lujo de detalles de que se trata: salidas a comer, cenas con amigos de “Él”, con amigos “tuyos”, con la familia, y el familión… PUFFFF.
Gramajos, pizzetas, todas esas cosas ricas en calorías y carbohidratos que te podrás imaginar; atrás quedó la época del pan árabe y la ensaladita.
Y además el sedentarismo, tirarse a dormir la siesta, a hibernar como dos marmotas.
Si hasta tiene el nombre de un artículo que se usa para comer… ¿Cómo era? Ah, sí: “CUCHARITA”.
Es terrible, fijate que ni el Dr. Toto Da Silvido sabía de que se trataba*… Eso… Por eso está tan delgado: ¡Si hasta le tuvieron que hacer un dibujito para explicarle!
Yo no te quiero trastornar con mis relatos, porque estas historias son más para relatar en el acogedor confesionario de Monseñor (¿Te conté que compró cojinetes nuevos? Ahhh, si, que buenos cojinetes, si, si, si, ahora da gusto ir a confesarse)
¿Y qué pecado será: gula o lujuria? ¿Será una mezcla de ambos: “gulujuria”?
¡Mirá que pavadas digo! Es que estoy fatal, que me quiero morir si no entro en la talla 6 del último modelito Armani… Tanta comida y tanta cucharita… Y sí, voy a tener que reservar hora con Monseñor para confesarme, por no haber seguido los sapientísimos consejos de Momia Casán:
“Querida, estar en pareja te devalúa”
Y viste, Mimicha, yo te lo tengo que advertir, porque el que avisa, no traiciona, y ¡Después no digas que no te avisé!
Muack, muack, te dejo por acá, tomate los 8 vasos de agua por día, y acordate que una aspirina entre las rodillas ahorra muchos dolores de cabeza.
Simplemente Kristal,
Organizadora de Eventos
Punta del Este- Milán- New York- Santiago Vázquez
Andrea Villamarín Hernandez ©2010
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Andrea Villamarín Hernandez ©2010